Una iglesia local debe ser un puerto donde los misioneros puedan zarpar hacia sus viajes al extranjero.
Con el propósito que la iglesia local sea el principal remitente y sustentador de sus misioneros. Una iglesia local también está destinada a ser un puerto seguro donde los misioneros puedan regresar.
La falta de curiosidad para hacer preguntas profundas y escuchar de verdad puede
parecer indiferente. Creo que el paso más significativo para representar un puerto es tomar conciencia compasiva de la necesidad. Los misioneros retornados "han salido por amor del nombre" (3 Juan 7).
Harás bien en honrarlos tomando interés por sus viajes. Si no puedes hacer otra cosa, invita a los misioneros a comer, pídeles que cuenten su historia y escúchalos con atención.
Yo animaría a tu iglesia a ir más allá. Reúna a un equipo de personas para ofrecer las tres cosas que más necesitan los misioneros retornados: planificación, presencia y provisión.
PLANIFICACIÓN - Preparar las formas donde la iglesia puede ayudar antes del regreso de los misioneros (alojamiento, cuidado de los niños, transporte, apoyo financiero, etc.).
PRESENCIA - Estar con ellos, relacionarse con ellos a través del reporte. (procesar verbalmente sus experiencias y emociones).
PROVISIÓN – Atiende a sus necesidades en la medida de sus posibilidades. Estas son las características de la hospitalidad de un puerto seguro.
Bradley Bell fue misionero y ahora pastor