Me detectaron cáncer mientras estaba en el campo misionero.
Aparentemente, Dios tenía un plan para mi vida, y aunque es un tiempo de dolor, pena, confusión y tristeza, también hay cosas buenas sobre tener una vida cancerosa en el campo:
- Aprendes a pedir ayuda: Y aceptarla cuando te la ofrecen. La generosidad de familiares íntimos y amigos, así como de extraños cercanos es impresionante.
- No tienes que caminar sola: Tanto mis amigos aquí como nuestros amigos en casa, nos han mostrado su apoyo y cuidado incondicional. Esto aligeró la carga.
- Estás cubierta en oración: Tengo gente orando por mí, literalmente en todo el mundo. Sin duda las oraciones del pueblo de Dios me mantienen. Este es un regalo tan profundo y único.
- Te vuelves más agradecida: Gran parte del agradecimiento tiene que ver con la perspectiva. Dios usa todo para bien e incluso el cáncer se puede volver un puente hacia el Evangelio.
- Te identificas con otros: Cuando hacemos espacio para nuestro propio dolor, y lo enfrentamos, el espacio se abre casi mágicamente para sostener el dolor de otros también.
- Te llenas de gozo. Los que sufrimos experimentamos un gozo que nunca antes visto. Es una alegría feroz y subversiva que se niega a ser ahogada por la pérdida o el dolor.
Raquel, sirviendo junto a su esposo e hijos en el cuerno de África
Siendo auténticos durante el tiempo de licencia
Las familias llegan del campo a su país de origen cargadas y agobiadas, pero al momento de visitar su iglesia tienen que mostrar su mejor sonrisa y ocultar todos sus problemas, ya que se espera que sean modelos de fuerza, resistencia, virtud y carácter, cuando no debería ser así. El tiempo de licencia es un tiempo de renovación para la familia mientras actualiza a los suyos sobre el avance de la obra.
Para que los misioneros sean auténticos, las iglesias deben permitirles ser completamente humanos. La siguiente es una lista incompleta de sugerencias.
- Dé permiso a los misioneros para experimentar luchas. (La iglesia está apoyando a personas reales que son tan susceptibles al pecado y a la debilidad como cualquier otra persona).
- Aparte de los avances del ministerio, haga preguntas personales relacionadas al bienestar familiar.
- Ofrézcales un lugar seguro en el que puedan expresar sus fallas y encuentren ayuda compasiva.
- Cuando los hijos los visiten, deje que la familia decida cuánto deben estar involucrados.
Se necesita valor para ser auténticos frente a expectativas irrazonables. Afirmemos y apoyemos unos a otros hacia esa meta por el bien de los hijos que están observando y aprendiendo.
Michèle, consultadora y especialista en cuidado integral para BFA en Alemania
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