La tarea es GRANDE

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GRANDE

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Recursos para tu iglesia

La Iglesia

La Iglesia

Nuestra identidad, nos da un propósito. Como iglesia, tenemos una gran responsabilidad; aquí encontrarás materiales para fortalecer la visión misionera de la congregación, edificarla y ayudarla a entender que la Iglesia de Dios está en MISIÓN.

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Misioneros

Misioneros

El campo misionero conlleva desafíos para el candidato; la preparación y el cuidado de los obreros son parte fundamental de la misión. Aquí obtendrás recursos para apoyar al candidato en cada proceso; antes, durante y después de ir.

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Servicios

Servicios

Jesús nos desafía, con su modelo, a expandir el Reino de Dios a través del amor y el servicio. Impulsa a tu iglesia a imitar íntegramente el modelo de Jesús. Evangelismo, Discipulado, Plantación de nuevas iglesias, trabajos con niños, entre otros temas que te ayudarán a servir con una misión.

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CURSOS DE MOVILICEMOS

Ofrecemos varios otros cursos para que estudies todo el material de Movilicemos. Después de haber estudiado los primeros tres cursos de movilización, tendrás acceso para estudiar los cursos según tu interés.

MOVILICEMOS

La Gran Comisión no debiese ser sólo la pasión de unos pocos, sino ser la tarea de todos los discípulos de Jesucristo. Jesús nos llama a hacer discípulos. La tarea no se concreta hasta que cada creyente hace de la Gran Comisión su plan de vida.

Transformacion

Obediencia: Mateo 28:18-20

Carácter del movilizador

Modelo

Discipulado multiplicador: II Timoteo 2:2

Compromiso del movilizador

Actitud

La Gloria de Dios: Salmos 66:4

La meta del movilizador

Como una expresión integral del discipulado, un movilizador facilita recursos a todo cristiano para ser parte de la misión de Dios. Una relación saludable entre movilizador e iglesia, incentiva a los discípulos a vivir su fe en su círculo natural de influencia: en su casa, en su trabajo, en su comunidad, y hasta los fines de la tierra.

“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.”
II Timoteo 2:2