Tarjetas de oracion para 365 dias

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Tarjetas de oracion para 365 dias
Resumen

Ora todos los dias con una tarjeta cada dia de un grupo no alcanzado.

Fuente
Joshua Project

A lo largo del mundo, existen miles de pueblos no alcanzados, comunidades y grupos étnicos que nunca han escuchado el mensaje del evangelio. Estos pueblos viven en áreas remotas, a menudo inaccesibles debido a dificultades geográficas, políticas y culturales. En muchos casos, su aislamiento se debe a la falta de infraestructura, la oposición religiosa o las barreras lingüísticas, lo que hace que la tarea de alcanzarlos con el evangelio sea un desafío monumental. Sin embargo, este desafío no debe desanimarnos, sino que debe ser una motivación para seguir adelante en la misión de Cristo.

La Ventana Verde es una de las áreas donde se concentra la mayor parte de los pueblos no alcanzados. Este vasto territorio tropical, que incluye partes de África, Asia, América Latina y Oceanía, alberga a más de 2.200 grupos étnicos que no tienen acceso a la predicación del evangelio. De estos, se estima que alrededor de 200 a 250 están en las Américas, en lugares como las selvas de la Amazonía y las regiones más remotas de Sudamérica y Centroamérica. La realidad es que más del 50% de la población mundial vive en estas regiones, donde el evangelio aún no ha penetrado.

El desafío es grande, pero también lo es la oportunidad. Dios nos ha dado la responsabilidad de llevar su mensaje de salvación a todas las naciones, y eso incluye a los pueblos que nunca han escuchado de Él. El trabajo misionero en estas áreas no solo requiere de recursos, sino también de valentía, estrategias creativas y un profundo amor por aquellos que aún viven en oscuridad espiritual. Cada uno de estos pueblos tiene una historia, una cultura y una necesidad de escuchar la esperanza del evangelio.

Es vital que no permanezcamos indiferentes ante la realidad de los pueblos no alcanzados. La oración constante, el apoyo financiero y el trabajo en conjunto de misioneros locales e internacionales son esenciales para penetrar en estas regiones. Además, debemos involucrar a las nuevas generaciones de creyentes en este llamado global, entrenándolos desde pequeños para que se conviertan en discípulos que hagan discípulos en lugares donde aún no se ha establecido la iglesia.

El desafío es grande, pero con la ayuda de Dios, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la extensión de su reino. Los pueblos no alcanzados están esperando, y la misión está en nuestras manos. ¡Es hora de actuar!