Aparte del tema del amor, Jesús habló acerca del dinero más que de cualquier otro tema. No debemos evitar este asunto. Cuando hablamos de dinero, se exponen nuestras actitudes.
Jesús habló de los fondos misioneros. Lucas 8:3 muestra que Jesús mismo recibió apoyo económico de las mujeres que le seguían.
Nuestro Señor no acepta cuando decimos, “somos pobres y no podemos”. Él sabe que no somos pobres – siempre tenemos algo para dar – y sí podemos – siempre tenemos algo para hacer en la obra.
“Debemos entender y comprender que este principio es sumamente práctico y real. Cuando una congregación separa de sus finanzas para la obra misionera, Dios responde de una manera sorprendente. Lo digo por testimonio personal, nosotros la primera vez invertimos el 10%, y con los años llegamos al 60% de las entradas para la obra misionera y siempre Dios nos sorprendió con sus bendiciones y multiplicación de los ingresos. Este es un tremendo principio”, dijo el pastor Sergio Galaz, director ejecutivo de ProVisión, Chile.
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¿Cuál quieres ser?
Un donante se mantiene separado de la causa, puede ser anónimo; en ocasiones tratado como un ‘nombre’ por la causa que patrocina y no como una persona.
Un inversionista tiene un mayor interés en la causa que patrocina, pero la relación se mantiene distante. En una organización se puede visualizar a un inversionista como a alguien que deben alentar con buenos informes para que no mueva su inversión a otro lugar.
Un socio se siente parte de la causa del proyecto o el ministerio. Entiende que tiene que desempeñar una función única y especial, que sin esto la causa del proyecto no funcionará tan bien como lo hace. A menudo los socios comienzan como buenos amigos o llegan a serlo.
Crédito: Seminario de Levantamiento de Fondos, del Instituto de Ciencias Interculturales
¿Qué tipo de dador soy?
En la Biblia encontramos tres tipos de dadores:
Los Israelitas que no ofrecían las primicias al Señor. Estaban tan ocupados enriqueciéndose que no tenían tiempo para el Señor. Hageo 1:4-9
Los fariseos que sólo daban por obligación… sin gozo, sin esperanza. (Mateo 23:4-7)
La viuda de Lucas 21, que aunque era pobre fue capaz de dar todo, lo único que tenía, a Dios. Con fe, gozo y esperanza.
Dios no ve las cantidades, sino la intención del corazón. (Hebreos 4:12)
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