Un viaje de corto plazo te cambia la vida, al regresar a casa ya no eres el mismo. Pero, ¿Cómo unir toda esa experiencia adquirida con el día a día y no retornar a la rutina?
Al llegar a casa, toma un tiempo para reflexionar y escribir todo lo que has vivido en el viaje misionero: aspectos positivos como negativos.
Separar este tiempo es vital, porque te permitirá evaluar dónde estabas antes de salir al campo, dónde estás (Relación con Dios y con otros) y hacia dónde quieres ir. Trata de ser intencional en tus preguntas y sincero en tus respuestas.
Agradece a Dios por la oportunidad de conocer otra cultura, relacionarte en otro contexto y ser útil en Su obra. Pídele sabiduría para que puedas volcar todas esas experiencias vividas en lecciones de vida para ti y los que te rodean. Se intencional en tu aprendizaje y en tu caminar con Cristo.
Tal vez, tengas que realizar cambios radicales en algunas áreas de tu vida. No temas. Permite a Dios obrar en ti, como Él quiera hacerlo.
Tu tiempo de devocional diario buscando la presencia del Señor traerá paz a tu corazón y confirmará todo cambio que tengas que hacer. Con tu experiencia aún de pocos días puedes motivar a muchos a involucrarse activamente en el cumplimiento de la Gran Comisión, por ello, comparte tu experiencia con otros.
Si deseas conocer mas sobre este tema, entra al siguiente link: equipos-de-corto-plazo