Se trata de personalizar las misiones, hacer al misionero parte de la vida del creyente. Un grupo pequeño de la iglesia o célula firma un convenio con el área de misiones para orar y mantenerse en contacto con un misionero.
El área de misiones vela porque estén cumpliendo el convenio y el grupo pequeño pide al equipo de misiones ayuda si es que no se puede comunicar con el misionero o le falta información.
La idea surgió ya que la mayoría de nuestros misioneros son de otras iglesias porque somos una iglesia joven en misiones, no tenemos aún muchos misioneros propios. Por eso la iglesia no se siente identificada con el misionero y después de terminar el congreso misionero y los eventos y visitas de los misioneros, la iglesia se olvida del misionero.
Queremos que la oración y el compromiso sea una constante todo el año y eso se logra personalizando las misiones. Al crear un vínculo entre el misionero y un grupo pequeño o célula de la iglesia.
Después de 2 meses de lanzado el proyecto, tenemos unos 10 grupos pequeños que han adoptado a 6 de nuestros misioneros. El avance aun es lento pero es un trabajo arduo y constante. La mayoría de los grupos ha prometido adoptar un misionero, pero pasar de las palabras a los hechos está requiriendo un seguimiento constante.
Lo que estamos también revisando es el compromiso del área de misiones para recoger todos estos convenios y trabajarlos enviando la información oportuna y de interés a los grupos.
Estamos haciendo ajustes y experimentando con esta nueva herramienta. Aún no sabemos si va a ser exitosa pero estamos poniendo toda nuestra pasión en esto.
Y podemos decir que los misioneros se sienten más cuidados y amados por medio de esta acción, ellos mismos nos lo han dicho. Se sienten que pertenecen más a nuestra iglesia, que nos preocupamos por ellos, que la relación con ellos ha cambiado.
Deseamos de todo corazón que los misioneros tengan una relación directa con los miembros de la iglesia, no con la institución solamente, con los pastores o con la administración de la iglesia sino con la iglesia viva de carne y hueso.
Que los misioneros se vuelvan parte de la vida del creyente y así la misión de Dios se vuelva parte de la vida del creyente, queremos que deje de ser un evento al año y se vuelva una realidad constante de cada cristiano en la iglesia.
Por Omar Larrazábal, pastor de misiones de la ACyM de Miraflores, Perú
Los misioneros se cuidan uno al otro
Considero que los mejores consejeros del misionero son sus propios compañeros de equipo.
Todos (aunque de distintas culturas) somos de la misma familia y apuntamos para el mismo lado, pudiendo encontrar pautas culturales comunes que faciliten la comunicación y la dinámica de la consejería en el grupo.
Los pastores deben entender que es preferible que un misionero sea consolado por un compañero de campo que el mismo pastor, que está lejos de la situación, intente solucionar el problema sin entender realmente de qué se trata.
Y aquellos que no tienen equipo: NO ES RECOMENDABLE QUE UN OBRERO VAYA AL CAMPO MISIONERO SOLO.
Sin la compañía de un equipo o por lo menos algún otro misionero (mejor si es latino) en el mismo país. La iglesia enviadora debe procurar encontrar o contactar con otros misioneros o instituciones que estén en el lugar para no dejar que su misionero se encuentre solo.
Misionero en Asia
Si deseas conocer mas sobre este tema, entra al siguiente link: cuidado-integral-del-misionero
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