
El Evangelio es para toda la humanidad sin excepción (Marcos 16:15), sin importar nuestra condición física. “Todos hemos nacido en la misma condición de pecado, hemos heredado la naturaleza pecaminosa. Por lo tanto nuestro espíritu está muerto, y necesitamos la salvación por gracia que Jesús nos ofrece”, dijo Aziel Figueroa, intérprete del Lenguaje de Señas del Ministerio EFATA en Venezuela.
Las personas con discapacidad son igual que tú y yo, tienen un corazón, un alma, un espíritu, a pesar que algunos no puedan ver, escuchar o pensar a la velocidad con la que lo harías. “Es por eso que tienen la misma necesidad del Evangelio, hay personas que piensan que no es necesario hacerlo”, dijo Brenda Darke sirviendo con Uno en Cristo en Costa Rica.
Debemos recordar que son personas con discapacidad y no discapacitados, “al decir que son discapacitados, anulamos totalmente su cuerpo, su alma y su espíritu, pero cuando decimos que son personas con discapacidad, nos referimos a las personas con alguna deficiencia sea de cualquier tipo”, dijo Elizabeth Takury, directora de Corazones Unidos.
En el espíritu no hay discapacidad, es por eso que tienen la misma necesidad de escuchar del Evangelio. “Debemos mirarlos como Dios los mira, Él nos ha puesto a nosotros, a Su Iglesia, para traer esperanza a aquellos que no la tienen”, añadió Elizabeth.
No hay ninguna razón para que no verlos como la creación admirable de Dios y reconocer su necesidad del Evangelio. Jesús no hizo distinción alguna, todos hemos pecado, todos necesitamos de su perdón para ser salvos, y aquí están incluidas las personas con discapacidad no importa la severidad de ésta.
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