Muchos recomiendan que lo mejor para los hijos siempre será ir a la escuela del lugar donde viven.
“Nada mejor que estar en un colegio de la lengua del lugar, donde ellos puedan aprender a socializar, leer, empaparse de la cultura y hacer amigos”, dijo Javier Zubieta, misionero sirviendo con SIM. A menos, que sea peligroso para su integridad física.
Sin embargo, cuando la familia misionera vive en un área rural, alejada de la capital, a menudo no es fácil encontrar planes educativos adecuados para sus hijos (debido a la falta de dominio del idioma local, el sistema educativo diferente, ‘bullying’ en la escuela local, etc.) Enviarlos al área urbana tampoco es una opción fácil ya que es costoso, además de la separación de la familia, etc.
Por ello, para otros la mejor opción será la escuela en casa, permitiendo el mejor control de los horarios para la familia; decidiendo si usarán el servicio de educación a distancia de su país, uno de los padres enseñará, o necesitarán un tutor privado o en línea, etc.
Sin embargo, no es tan fácil como suena. Unas madres misioneras solían decir que “la escuela en casa debería ser un llamado”, ya que podría ser efectivo o desastroso dependiendo de la relación entre los padres, que se vuelven tutores, y el hijo; el tipo de idioma, el énfasis educativo, etc.
Soon Im, misionera con WEC Latino, y su esposo, decidieron que sus 3 hijos llevaran la escuela en casa durante su servicio en Asia Central, ya que el internado no era una opción. Soon agradece a Dios que les permitió tener tutores privados de habla hispana, que ayudaron en el reforzamiento de las materias brindadas por el programa escolar argentino a distancia SEAD.
Para Raquel, quien sirve en Tailandia junto a su familia, la escolaridad de sus hijos fue un proceso muy difícil. Sus hijos pasaron por una escuela local, pero no lograron adaptarse, por lo que decidieron ponerlos en una escuela internacional.
Luego de 5 años, ya tienen amigos de todo el mundo, aunque hablan muy poco el idioma local. Y a pesar que los hijos no se involucraron con los locales como hubieran querido, es un precio que como familia estuvieron dispuestos a pagar.
“El nivel de educación puede variar de país a país, pero no es algo que deba preocuparnos.
Dios muda los tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos (Daniel 2:21)”, dijo Javier Delgado, argentino sirviendo con su familia en Senegal.
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