Durante estos últimos 3 años hemos trabajado en un proyecto llamado ‘OneStory’; conocido en Venezuela como ‘La Gran Historia’.
Este es un proyecto de Oralidad, cuya meta es que en las lenguas nativas se cuente todo el plan de salvación de una forma natural, clara y reproducible.
Hasta ahora se han elaborado 18 historias en el idioma Kari’ña abarcando desde el libro de Génesis hasta el libro de los Hechos con el nacimiento de la iglesia Es interesante que por ser oral todo el proceso, los productores no tienen que saber leer ni escribir. Los medios por los cuales reciben las historias para luego ellos contarlas en sus idiomas son completamente orales: escuchan grabaciones de diferentes versiones bíblicas varias veces, hasta que en su mente forman una idea de cómo contar esas historias en su idioma.
Esto garantiza que la historia saldrá de una manera natural, es decir con las características naturales que tendría una historia común dentro de sus culturas.
La producción de historias al principio es un proceso largo, ya que hay que hacerle diferentes revisiones, la primera es verificar que cada línea de la historia esté respaldada por un versículo bíblico, de no ser así, tales líneas no pueden formar parte de la historia, por ello al principio puede llevar muchos intentos producir una buena historia.
Así que, aunque parece sencillo (y después que se adquiere práctica lo es un poco), es un proceso que requiere de mucha paciencia.
Una vez que se cree que se tiene una buena historia, el proceso no termina allí, hay que salir a las comunidades a comprobarla, es decir hacerles pruebas. Otras personas (no cristianas preferiblemente) la escuchan, y les hacemos preguntas referentes al contenido, al significado de las palabras y a su comprensión de la misma. Todo esto nos ayuda a verificar que realmente se está transmitiendo el significado apropiado.
Como facilitadores aprendimos la importancia de entender completamente cada término bíblico con la finalidad de explicarlo muy bien a los productores de historias. Nos dimos cuenta que no importa cuánto tiempo tengan de cristianos los hermanos indígenas, si no han recibido la palabra en su propio idioma, siempre habrá grandes vacíos en su comprensión de la misma, ya que hay muchos términos que aunque se usan con frecuencia, no alcanzan a comprender a plenitud a menos que les sean desdoblados completamente (así es como se llama a hacer el significado de las palabras completamente explícito).
Una vez que entienden mejor los términos bíblicos, se motivan más a seguir produciendo, ya que sus propios ojos son alumbrados en el camino de la elaboración de las historias y ellos se llenan de un deseo profundo porque sus hermanos, amigos, familiares, vecinos, todos oigan lo que enseña la palabra de Dios y puedan entenderla tan claramente como ellos la entienden ahora.
Por Naara Maicabare de Tasama, traductora bíblica La gran historia digna de contar
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