
Resumen
“La pasión por las almas involucra mi presupuesto personal y el presupuesto de la iglesia.”
David Woodworth desde Colombia
Fuente
Revista VAMOS
Al pensar en el ministerio transcultural, se expresan diferentes características de lo que significa ser “una iglesia enviadora”:
- Enseña responsabilidad que tiene cada creyente de oír y obedecer la voluntad de Dios para su vida.
- Mantiene una vida en comunidad, en santificación y llena del Espíritu Santo.
- Enseña a sus miembros la visión personal, dentro de la visión de Dios: “A todas las naciones”.
- Definen el “marco de acción” para implementar y desarrollar la visión.
- Reconoce que habrán pruebas a las que debe sobreponerse (2 Corintios 8:1-7).
- Cuenta con una membresía generosa (2 Corintios 9:6-15).
- Cuenta con una membresía con actitud de servicio (Filipenses 2: 22-30).
Una iglesia enviadora no debe ser:
- Una iglesia emocionalista donde el interés sube o baja según la época del año.
- Una iglesia que sólo ofrenda dinero. Misiones es más que sólo dinero.
- Una iglesia con visión exclusivamente local. Debemos tener expectativa de extendernos hasta lo último de la tierra.
Al reconocernos como iglesia enviadora debemos proveer a los misioneros transculturales apoyo moral, logístico, financiero, oración y comunicación. Por lo tanto una iglesia enviadora:
- Es la que tiene equilibrio en cada área de acción (Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra).
- Da dignidad a cada área de trabajo y ninguna permanece como “cenicienta”.
- Posee “pastores siervos” que marcan el rumbo en el compromiso con “todas las naciones”.
- Tiene a su congregación ofrendando tiempo, esfuerzo y dinero para que el Evangelio esté disponible para “todos”.
- Equipa a su congregación y candidatos. Ayuda en su formación para que lleguen a la meta.
- Está dispuesta a mantenerse en la visión de Dios (siendo de bendición a todas las naciones), es fiel, pagar el costo y continua su trabajo motivado por el amor hasta que el Señor vuelva.
Por Roberto Pérez, pastor en Chile