Alfabetización para la vida

Alfabetización para la vida
Resumen

“Ahora sirvo alfabetizando, me siento y me alegra conocer todo lo referente a la enseñanza para adultos, llamada andragogía y que está enfocada a trabajar con etnias que desean preservar su idioma a través de la Escritura”, dijo Sarita Tapahuasco, misionera entre los Mastanawa de Perú.

Fuente
Revista VAMOS

La alfabetización puede no ser tan fácil, pero es parte del ministerio en la selva.

“Trabajé con 4 indígenas de la etnia Yanesha’ que son de la selva centro del Perú. Con ellos elicitamos su idioma, quiere decir grabamos sustantivos, adjetivos, frases, oraciones entre otros en su idioma; y a la vez escribimos los sonidos que producen (fonéticamente); es todo un proceso para llegar a la escritura ortográfica.

Es un mundo nuevo y retador para cualquier estudiante”, dijo Sarita.

Al estudiar uno de los idiomas como el yanesha’, vemos la gran diversidad y matices que Dios puso en cada cosa creada.

“Aun en los idiomas, siento que es como pintar un cuadro con muchos colores y asombrarse de la belleza de la creación. ¡Así es como paso la semana, aprendiendo y viendo lo complejo de la creación!”, exclamó Sarita. Todo esto con el fin de alcanzar a la gente en su propia lengua.

“Sólo le pido a Dios que me ayude a entender el idioma y que los asesores, quienes son nativos hablantes del mastanawa, se sientan felices porque otros quieran saber de su cultura”, dijo Sarita.

 

Retos de la traducción bíblica

La mayoría de los ministerios con comunidades indígenas va de la mano con la traducción bíblica y ésta requiere preparación y arduo trabajo.

“Parte de tu trabajo es entender la cultura de la Biblia y la cultura, cosmovisión indígena.

Además de buscar recursos, muchos no ven la traducción como misiones, es difícil encontrar apoyo cuando la traducción es para etnias de tres mil hablantes, o menos”, dijo Janeth Clemente, coordinadora de traducción y uso de las Escrituras para ILV.

No solo eso, sino que los misioneros traductores son pocos.

“Por otro lado, la traducción no es un trabajo que se hace solo, involucra a los locales. Es todo un proceso para los indígenas, toma su tiempo para que sea asimilado”, dijo Sarita.

Mientras que por un lado tienes los retos del misioneros, por el otro existen los retos para el equipo de indígenas que trabaja contigo.

“El reto es aún mayor, no solo entender la cultura de la Biblia, sino los recursos bíblicos como versiones de la Biblia, diccionarios, comentarios en español que tienen un nivel alto, que son incluso complejos para nosotros”, dijo Janeth.

Para ellos, sentarse tantas horas frente a un computador y hacer un trabajo mental tan fuerte es agotador ya que no están acostumbrados. Su vida es más activa, trabajando en los cultivos, cortando leña, pescando, cazando, etc.

“Las comunidades donde viven en su mayoría no cuentan con internet, luz eléctrica, un lugar adecuado para trabajar, entonces deben salir de sus comunidades e ir a un lugar donde sean accesibles estos servicios necesarios para la traducción”, añadió Janeth.

Todo esto hace que varios de ellos tengan que dejar sus pueblos, familias, y regresar para verlos cada cierto tiempo, trayendo desánimo en el proceso de traducción.

 

 

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