El proceso de plantar una iglesia involucra evangelismo, el discipulado de nuevos creyentes, el entrenamiento de líderes de la iglesia y la organización de la iglesia según el modelo del Nuevo Testamento. Todo eso demanda mucho desprendimiento del plantador.
Creo también, junto con la necesidad de plantar iglesias, en la gran necesidad de mejores líderes, mejores pastores, mejores maestros, mejores creyentes. Vivimos en una época en la que es muy fácil quedarnos en nuestra zona de confort eclesiástico, de instituciones sólidas bien estructuradas y funcionales, pero sin pasión por extender el reino de Dios.
Creo firmemente en la gran necesidad de que la Iglesia hable más sobre plantación de iglesias.
En los últimos años, en el mundo occidental el nacimiento de nuevas iglesias ha sido producto de divisiones, malos entendidos, deseos de mantener el control y no producto de oración, sueños en Dios, planificación y fe.
Solamente los valientes asumen un desafío tan grande como el de comenzar nuevas iglesias con todos los dolores de parto que eso implica.
Es mi oración que Dios envíe más trabajadores a su mies a través de la plantación de iglesias. La necesidad es mucha y sus obreros pocos.
Carlos
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