
La superación de la crisis se logra cuando la persona en forma individual o con ayuda vuelve a reorganizar su estado emocional y su vida en general.
Los pasos previos son:
- Rendir su vida y circunstancias a Dios a solas y reconociendo nuestra insuficiencia a Dios frente a los problemas.
- Definir el problema y los sentimientos que acompañan este momento.
- Utilizar estrategias antiguas o nuevas para enfrentar y superar la situación crítica que se haya presentado.
- Resolver los problemas subyacentes o reactivos que hayan surgido en este período de la crisis.
- Definir los recursos e identificar cuándo usarlos para resolver la crisis mayor.
- Reorganizar la vida, asimilando los cambios, en lo que se denomina la etapa de la post-crisis.
Una persona supera una crisis cuando comienza a operar bajo el paradigma de “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. La idea no es negar la pérdida, el cambio, o la transición, lo saludable es aceptarlo, expresar el sentimiento sentido y asimilar el evento en forma realista con dolor y esperanza por vivir bajo la promesa que Dios es nuestro padre sustentador en TODO momento.
Carlos Pinto, director adjunto del área de cuidado integral del misionero para COMIBAM Internacional
4 pasos a tomar en medio de una crisis
(basado en Mateo 14:24-33)
En momentos como estos, es normal sentir temor ya sea que seas pastor, líder o misionero, pero no hay mayor tribulación que la que no podamos soportar con la ayuda de nuestro Dios. A continuación 4 pasos que debemos tomar en medio de la crisis:
- Fija tu mirada en Cristo, porque las crisis nos desvían de la visión objetiva que podemos tener en fe.
- Camina con fe hacia Cristo, porque Jesús es el autor y consumador de la fe, cuando caminamos a Su lado, andamos en la luz que nos da vida.
- Recuerda las palabras de Cristo, porque Dios nos va a llenar de confianza.
- Rinde tu vida a Cristo, pues las crisis nos quebrantarán y revelarán que la única solución está en Dios.
Lecciones en medio de la pandemia
Dios siempre tiene el mejor plan, nos evacuó del campo misionero y nos trajo a nuestro país para mostrarnos Su cuidado fiel y amoroso.
Dios es nuestro Proveedor, ha enviado a sus cuervos para alimentarnos, nada nos ha faltado en esta pandemia como familia misionera. Él es un Padre fiel y proveedor. Su Palabra tiene un mensaje para cada situación, en esta pandemia hemos descubierto tantos textos bíblicos e historias que son tan parecidas a lo que estamos viviendo, esos mensajes de esperanza son los que compartimos.
La Iglesia somos nosotros, la Iglesia sigue en movimiento y creciendo, allí en nuestras casas y con nuestras familias.
El movimiento misionero y los misioneros debemos reinventarnos y avanzar utilizando los medios que tenemos a disposición.
La intercesión es un arma poderosa, la empatía hacia los infectados y las familias en duelo es algo en lo que debemos enfocarnos.
Pedro y Karen Marroquín, con JUCUM en Guatemala
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